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Y así aquel día

02/08/2017

Desde el 25 de julio del año 2016, tengo el honor de ser el Cronista oficial de uno de los lugares más históricos de Castilla. Echando un vistazo al retrovisor de mis artículos periodísticos, al citar a Claudio Sánchez-Albornoz en su “España un enigma histórico”, dije que en el grabado que él publicó en la página 21 del mapa de nuestra provincia solo aparecen la ciudad de Segovia y las villas históricas de Turégano, Coca, Cuéllar, Sepúlveda y Riaza.
Aún recuerdo las palabras que bajo el título “Turégano y sus décadas prodigiosas” pronuncié en el acto oficial celebrado en la histórica iglesia de San Miguel encerrada en el interior del castillo:
“A veces, hablar es una necesidad y escuchar es un arte. He escrito y hablado mucho pero siempre procuré leer más y escuchar más. Esto sí: siempre que hablo o escribo es como si alguien pusiera en mi boca o en mi pluma las palabras. Amigas y amigos, alguien nos pone en la boca las palabras. Así ahora.
La figura del Cronista goza de honda tradición histórica. Ha habido cronistas de reyes y de grandes personajes. Las crónicas de Castilla, especialmente la del Halconero de Juan II y la de don Álvaro de Luna hacen constantes alusiones a la villa de Turégano y muy especialmente a este lugar mágico en el que ahora estamos: la iglesia de San Miguel y el castillo de Turégano. A un nivel más modesto pero no por ello menos importante, encontramos también la figura del Cronista Oficial de ciudades, villas y pueblos que han deseado guardar memoria de su pasado.
Desde entonces, el pueblo donde nací es mi cobijo y a veces mi refugio. Pregonero en multitud de fiestas y acontecimientos locales, provinciales y autonómicos. Desde el pregón de la Semana Santa de Segovia del año 2011, hasta la ofrenda del 2012 en el altar mayor de la catedral segoviana a Nuestra Señora de la Fuencisla patrona de la Ciudad de Segovia y su Tierra, pasando por cien lugares de Toledo y Segovia principalmente, incluido mi propio pueblo.
Desde siempre, por donde van mis pasos profesionales transita mi referencia a Turégano: México, Colombia, Brasil, Argentina y en medio mundo, incluida Venezuela donde mi pueblo es conocido y amado gracias a Leopoldo López, al que conocí en Guatemala, es y sigue siendo mi amigo y hoy de nuevo ha sido apresado por un dictador déspota y sin principios.
En el programa de Fiestas en Honor del Dulce Nombre de María de este año, quiero recordar a una poetisa tureganense del siglo XIX cuyos libros, por avatares del destino, llegaron a mí, manuscritos por la autora o con una letra maravillosamente clara y cuidada. El escritor Fernando Soldevilla, dedica su libro "Historia de otras edades tradiciones en prosa" con estas palabras: "A Pura González, la excelsa poetisa tureganense”.
Nunca llegué a conocer físicamente, por razones del tiempo y sus avatares, a esta entrañable poetisa tureganense. Ella no quería ser famosa, solo quería soñar y expresar la materia de sus ensueños para que su vida fuera diferente. Se encerraba en la habitación más pequeña de su gran casa de la plaza de su pueblo y allí alcanzaba el éxtasis de su poesía diferente.
Fernando Soldevilla nació en la localidad toledana de Escalona del Alberche el 30 de mayo de 1854, una ilustre Villa en la que tuve honor de ser su pregonero en mi época de director provincial de Cultura de Toledo. Allí recordé a Soldevilla y también a otros hijos ilustres allí nacidos cómo el Infante don Juan Manuel que era miembro de la casa real de Castilla y escritor en lengua castellana y que fue uno de los principales representantes de la prosa medieval de ficción, sobre todo gracias a su obra El conde Lucanor.
Amigos, paisanos, hermanos todos, suele decirse que en la fiesta del patrón, repiques, cohetes, música y sermón. Así ahora ¡Felices fiestas 2017!


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