Volver a Artículos     
1734.- Requiem por un limonero

24/02/2014

De su profesor, decía mi madre que le gustaba lo de Leonor y le disgustaba lo de Guiomar; ella sabía el porqué, y yo también aunque no lo diga: “No sabía/ si era un limón amarillo lo que tu mano tenía/ o un hilo del claro día/ Guiomar, en dorado ovillo./ Tu boca me sonreía…” ¡Pilar Valderrama, la Guiomar de los versos de Antonio, era una señora casada que viajaba en tren desde Madrid a Segovia (por entonces sin Alvia y sin abono transportes) para encontrarse con su enamorado el poeta de Sevilla.

Y todo esto, a cuento de que este 23 de febrero, un torbellino de ciclogénesis explosiva ha suprimido para siempre el limonero que planté en el huerto hace bastantes años. Los limones que producía eran como si míos, pues yo fui su “sembrador” y quien siembra recibe; mi limón, mi limonero, que entero me gustaba más, como dice la canción de aquel “inglés que decía yeah, yeah, yeah, yeah” y de aquel “francés que decía oh lala”.

¡Triste día este 23 de febrero de 2014 en el que ha desaparecido mi limonero antes de le llegue de nuevo la primavera! "Pobre limonero de fruto amarillo /cual pomo pulido de pálida cera. / ¡Gloria de los huertos, árbol limonero!" Son versos de Antonio Machado, el hermano de Manuel, otro gran poeta; los dos en diferente bando, Antonio con la izquierda y Manuel con la derecha. Juntos, “La Lola se va a los puertos”, “Juan de Mañara”, “El hombre que murió en la guerra” y algunas otras obras; nunca olvidaré “Las Adelfas”.

En mi corazón espero que con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le acabarán saliendo a mi limonero. Como al olmo centenario del poema de Machado. A mi limonero marchito, el que daba sus amarillos limones de cáscara fina y gustosa.
Y todo esto, también, porque un 23 de febrero de hace más de treinta años, los Tejero, los Armada, los Milans del Bosch y no sé cuántos elefantes blancos más intentaron suprimir nuestro limonero democrático como “el soplo de las sierras blancas” (Machado de nuevo) que con tanto sacrificio los españoles intentábamos sembrar en nuestra patria; con permiso del Follonero, no diré su nombre, que ha tratado de ganar audiencias inventándose patrañas mentirosas que él mismo , al final del video, que se trataba de una broma falsa.

Hoy se cumplen 75 años de la muerte en el destierro del profesor de mi madre. Para él, don Antonio Machado Ruiz, este mi réquiem por un limonero. “Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera”.

  Volver a Artículos