1648.- Las olas tienen la culpa01/05/2012
Imputar la revolución a los hombres es como imputar la marea a las olas. Lo he leído en algún sitio y Napoleón me lo aclara: “En las revoluciones hay dos clases de personas; las que las hacen y las que se aprovechan de ellas”.
No ato este cabo suelto porque mañana sea un Dos de Mayo, fecha de alzamientos y revoluciones, sino porque España está revolucionada y quiero plagiar descaradamente a uno de los escritores españoles más leídos hace siglo y medio; tan leído como olvidado:
“Me he metido en la cama, pero no he conseguido dormirme. La realidad huye de mí: el sueño me persigue. Soñemos, ya que no podemos vivir... En España todos estamos aburridos, o tenemos frío o hambre… Hay diez musas. O por mejor decir, no hay diez musas sino una. Antes había nueve. La una, que las ha matado, es una musa horrible que vive de dar muerte. Esa musa es el Hambre. El hambre es la musa única de los españoles. En España todos estamos aburridos, o tenemos frío o hambre. ¿Quién fue la musa que inspiró al pueblo de Madrid aquella sinfonía infernal? Fue la libertad y el deseo de comer en libertad.” El plagiado se refería a la Revolución de 1830 en Francia, la "Revolución de Las tres gloriosas" que media Europa imitó y también nosotros.
Si nuestra Musa es el hambre, que el lector ponga nombre y apellido a su hambre y a la hambruna que España soporta. Estamos “revolucionados” y a punto de explosionar. A tiro de iniciar un camino sin retorno.
Mañana es Dos de Mayo. Madrid celebra su fiesta y muchos miles de madrileños han viajado a sus pueblos porque necesitan saber que tienen pueblo, que son parte del pueblo aunque no sepan que para ser un revolucionario hay que ser pesimista. Es como imputar la marea a las olas.