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1543.- Esteban Sebastián Vicente...

07/06/2010

El pintor Esteban Sebastián Vicente, entretelas de su llegada al mundo nuestro
(Publicado en El Adelantado de Segovia))

Cuando mi admirado Antonio Ruiz, cronista oficial de Segovia, desentrañó hace unos días en este periódico algunos engranajes perdidos del palacio segoviano del rey Enrique IV, el cronista de Turégano pensaba en su paisano Esteban Vicente, el titular del Museo donde discurría la conferencia sabia de un sabio amigo.

Y aprovechando que entre el Pirón y el Cega está la villa episcopal de Turégano (lo del Pisuerga y Valladolid queda para mejor abaleo), me propongo dar a conocer algunos detalles inéditos de cuando el pintor universal Esteban Vicente vino a este mundo.

Su Acta de Bautismo abre así de monda: "Esteban, hijo de Don Toribio Vicente y de Doña Sofía Pérez, en 26 de enero de 1903". Luego, la síntesis se vuelve redundancia y emergen detalles curiosos: "Yo el infrascrito, cura párroco de la parroquia de Santiago de esta villa de Turégano, bauticé solemnemente a un niño que nació a las cinco y media de la tarde del día veinte de mismo mes y año y a quien puse el nombre de Esteban Sebastián y por abogado a San Julián. Es hijo legítimo de los consortes mis parroquianos Don Toribio Vicente y Doña Sofía Pérez…" -el infrascrito era don Ricardo Bartolomé, toda una institución en el Turégano de aquel principio de siglo, guardo anécdotas curiosas de encuentros y desencuentros con los demás clérigos de Turégano, especialmente con los de la parroquia de San Miguel-.

Toribio Vicente, el padre, era de "Sahelices El Chico", provincia de Salamanca, cerca de Ciudad Rodrigo, y Sofía Pérez, la madre, de Valladolid. Aquel niño se llamó, casualidad del destino y de los apellidos usuales, igual que su abuelo paterno: Esteban Vicente Pérez, un señor de Ciudad Rodrigo, esa ciudad donde Castilla se hermana o se defiende, según las épocas, con Portugal -al tiempo que la reina Urraca convertía a Turégano en villa episcopal, su hermana Teresa se proclamaba en Guimarães y Bragança la primera reina portuguesa-.

La abuela paterna de Esteban Vicente se llamaba Eusebia Ruiz Jiménez y era de Logroño. Los abuelos maternos, un gallego y una madrileña: Ramón Pérez Lombardero, de Villameá en la provincia de Lugo, e Inés Álvarez Pérez, una señora de Villa del Prado. Los padrinos de bautismo fueron el matrimonio tureganense Ortega Gómez.

Cuando nació Esteban Vicente, sus padres llevaban ya varios años viviendo en la villa pues allí nació también su hermana mayor, María del Sagrario; cuando ésta fue bautizada, don Ricardo, el cura, no andaba bien de reflejos escriturales pues al inscribir a la niña confundió el lugar de nacimiento de sus abuelos y tuvo que añadir una curiosa nota al margen: "Digo que el abuelo paterno de Sagrario Vicente Pérez es de Ciudad Rodrigo y la abuela, doña Eusebia Ruiz Jiménez, de Logroño. Los padrinos fueron Juan de La Cruz y Bernardina Monedero de esta parroquia".

A juzgar por las anotaciones bautismales, el excelco pintor no nació en la vieja casa cuartel de la calle de Máximo González. De haber sucedido así, su bautismo se habría celebrado en la parroquia de San Miguel y no en la de Santiago.
Para finalizar, vuelvo al principio. "Esteban, hijo de Don Toribio Vicente y de Doña Sofía Pérez". En pocas partidas de bautismo don Ricardo Bartolomé, tan suyo, incluía el tratamiento de los padres del neófito. O sea, que Toribio y Sofía pertenecían a la élite social del pueblo. Eran el teniente de la guardia civil y su esposa, lo que les colocaba a la altura del cura, el médico, el farmacéutico, los maestros, el practicante y los propietarios. Miren, los padres de la niña que fue bautizada una semana antes se llamaban simplemente "Isidoro y Gregoria", y los del niño que se cristianizó a los pocos días, "Damián y Juana" a secas; cuando varios meses después fueron bautizados Narciso Tejedor de Antonio e Isidoro Borreguero García, estos niños son hijos de "Don Benjamín y doña Natalia" el primero, y de "Don Victoriano y doña Joaquina" el segundo.
¡Hasta en la Santa Iglesia hubo y hay clases y distingos! (en otras latitudes, Dios era "aquel niño de la Montaña adentro de la Segovia que nació en Palacagüina de Chepe Pavón y una tal María").
Cuando ayer colocaba en mis balcones de la plaza mayor de Turégano unas hermosas colgaduras de terciopelo granate y pasamanería dorada para adornar el recorrido de la custodia del Corpus Cristi, pedía sin pretenderlo que el Dios de todos eche una mano a los unos y a los otros.
Las personas hacemos lo que nuestros mayores nos enseñaron de acuerdo con las creencias que hay en las entretelas de su alma histórica.

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(*) Cronista Oficial de Turégano.

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