1456.- Heráclito del XXI17/09/2008
Encuentro al director de mi periódico en el Bernabéu viendo el partido con el Numancia. Su hijo, que ya es grande siendo niño, tiene cara de felicidad, pero el padre en vez de gritar, cavila. ¡Qué mal se pasa cuando un pequeño (me refiero al Numancia no a Luis) nos saca de quicio!
Pero a lo mío. Bibiana Aído, un amor, se ha disgregado en su propia simpleza. La de Educación habla de ‘asignaturas’ en vez de ‘materias’, o sea, que ni zorra idea. Doña Magdalena tenía el embrujo de ser Maleni, ya ni eso -ahora que Maleni no quiere ser Maleni, hay un encanto perdido en el posverano-. Sólo Solbes, “El Oscuro”, se mantiene vivo.
Pedro Solbes es el Heráclito del XXI. El verdadero Heráclito fue llamado por sus contemporáneos “El Oscuro”, pero el nuestro hasta cuando rectifica la caga. Cuando dice que sus palabras no fueron afortunadas, emborrona más la cuartilla. Para este Heráclito, una recesión económica en España “es positiva si sirve para limpiar la economía”. Si Solbes cuando lo de Noé, el Diluvio Universal no tuvo importancia pues sirvió para limpiar el planeta enfangado. “Es evidente que no estuve afortunado en la forma pero la idea de fondo era muy clara”, dice, o sea, que no hay mal que por bien no venga.
Sabemos que don Pedro no ha leído a Heráclito, pero tan descaradamente le copia que es como de lechuza o de milagrería -era El Oscuro de Éfeso, en la actual Turquía, una especie de sociópata. Odiaba los actos públicos. Tan aislado vivía que acabó por contraer una fuerte hidropesía. Probó a curarse él mismo y dormía entre ovejas y enterrándose en estiércol seco. Lástima que por allí pasasen unos perros salvajes que acabaron devorándolo mientras estaba entre la mierda-.
Y ahora, director, querido Alberto Retana, como no te vi a la salida del estadio no pude preguntarte por el partido pero sé lo que me habrías contestado: “Guti marcó el 5.000 pero un imprevisible, Pepe, un desconcierto, Van Nistelrooy, un fantasma, Casillas, un alma en pena, Van der Vart, un zurdazo para el tercero y sanseacabó, Robben, un autodefinido enmarañado, Higuaín, un crucigrama confuso, los de Kresic sabían a qué jugaban, los del Madrid jugaban sin saber a qué jugaban...