1432.- Allo, allo31/03/2008
Es el progreso, dicen Fidel y Raúl -los hijos de Anxo, don Ángel, un gallego de Lugo que quiso hacer las Américas hace un siglo-. Los dos hermanos: el amo, ese que calla como si ya no, y el que ha decretado que los cubanos están ya preparados para tener un teléfono móvil, mandarse mensajitos, bajarse tonos y politonos, jugar a las tres en raya, al bubble breaker y al solitario...
Son los maitines de la libertad en "la tierra más fermosa que ojos humanos vieron", como la llamó el Almirante Colón el 27 de Octubre de 1492. "La semper fideles" como la consideraba la Corona Española.
Los cubanos han sido autorizados por su amo, o por el hermano de su amo, no sé, para utilizar el teléfono móvil. Algunos bocazas dicen que es la noticia más esperada desde aquel 13 de marzo de 1968 cuando Fidel, el hijo mayor del gallego, nacionalizó todos los establecimientos de Cuba que aún estaban en manos de propietarios privados.
No saben los cubanos lo que se les avecina. Se les autoriza a comprar, poseer y usar como si suyo un artefacto que les esclavizará más que el chapapote a las gaviotas en la playa -adiós al Son, la Rumba, el Danzón y el Punto Guajiro. Adiós a la salsa y al cha-cha-cha-.
Y yo queriendo que Zetapé lo prohíba por Real Decreto -no sé si del Bermejo por injusto, del Rubalcaba por peligro contra el orden público o por Solbes por su ataque a la economía de los ciudadanos; esto último no, claro, que en Cuba aún no hay ciudadanos por resolución paternal del hijo del gallego-. ¡Lo que yo daría (es un decir, no se asusten) por librarme de ese tormento que te atraca como si fueras suyo! Ya no se librarán los cubanos de este grillete que ata a la sinrazón y esposa al consumismo sin alma.
Cuánta nostalgia de cuando, de niño, abandonabas tu pueblo como si para siempre y tu pobre madre, con la lágrima en el ojo, te decía "escribe hijo en cuanto llegues, yo te escribiré esta noche cuando termine de rezar el rosario…”
Aún ando aplaudiendo. No por el artefacto sin alma en manos de los cubanos por generosa concesión de los hijos del gallego, que sarna con gusto dicen que no pica y que con su pan se lo coman en hora buena, sino por haber escuchado a Arcadi Volodos, el mejor pianista del mundo a mi entender sin ser melómano. Concierto dominguero de la Orquesta Nacional de España. Tres grandes rusos –Mussorgsky, Rachmaninov y Tchaikovky- en el programa. “Se ruega que desconecten sus teléfonos móviles”, así comenzó el éxtasis, o sea, mandando a hacer puñetas al progreso de los artefactos sin alma y sus esclavitudes.