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1366.- Cerebros playStation

01/01/2007

EL PENSADERO

La primera prédica del año que comienza pertenece ya a “El Pensadero”. Digo adiós a mis “Duelos y Quebrantos” en una tarde, la primera del año 2007, en la que el frío llama desesperadamente a las puertas del termómetro para que el mercurio no se envalentone. En clave Harry Potter, el pensadero era un objeto mágico que el profesor Albus Dumbledore tenía en su despacho para aligerar la mente guardando recuerdos con el propósito de visualizarlos en el futuro.
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Cansado de dogmas poliédricos, verdades pespunteadas y planteamientos sesgados, me palpo los brazos con la esperanza de llegar a sentirme manco y no tener que aplaudir el espectáculo que en la feria de las vanidades navideñas se improvisa:
A los años se les ha evaporado un año, y a los hombres, un pedazo de la vela que se nos enciende cuando se nos enciende. En el interregno, los del «queremos saber» están ya en el poder y es como si no lo estuvieran -500 kilos de dinamita (130 kilos cuando lo del 11-M) han creado el pánico en Madrid y los del “queremos saber” ni nombran a los muertos; son víctimas de un accidente desgraciado del Proceso de Paz que se ha inventado un melón con cara de aguafiestas-. Aquel Rubalcaba portavoz del Gobierno cuando lo del GAL es hoy un ‘sanantoniodepadua’ que, cuatro horas después del criminal atentado madrileño, con su cerebro playStation batalló sesudamente sobre “secretos policiales y sigilos de la investigación”. Los del «queremos saber» son ahora los del “no queremos que se sepa”. Los de «los españoles no se merecen un Gobierno que les mienta», son ya los del “tenemos un Gobierno que se calla para no hacer ruido y que ETA se enfade”.
Con Sadam Husein ahorcado al amanecer del día del escarmiento etarra a ZP, a los españoles nos estranguló el silencio cómplice de quienes nos gobiernan y el palabreo insensato de Rodríguez dando una eufemística bienvenida al año nuevo. En términos de cerebro playStation, eufemísticamente significa botaratemente: “El proceso de paz con ETA va por buen camino pues estamos mucho mejor que el pasado año y estaremos mejor el año próximo” (hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana). O estaba ebrio cuando dijo lo que dijo o tomaba el pelo a los españoles (también a las españolas por seguir con sus eufemismos a reciclar). Así explicó el “desgraciado accidente” el diario Gara: “Sólo una de las partes, como es la izquierda abertzale, no es suficiente para que este proceso avance, sino que resulta necesario el concurso de otros agentes políticos, especialmente del Gobierno español. Nosotros sí tenemos voluntad «clara e inequívoca» de llevar el proceso resolutivo hasta el final.”
En su tardía comparecencia por el criminal atentado, el presidente del Gobierno de España anunció que “suspende” pero que no rompe el «proceso» del diálogo con ETA. O sea, que no piensa hablar con sus chicos buenos hasta dentro de 79 horas y media, minuto más minuto menos. Hasta es posible que antes de haber enterrado a los pobres ecuatorianos que han muerto en “el desgraciado accidente” del eufemístico proceso de paz de los cerebros playStation.
En uno de sus hermosos cuentos, Juan de Timoneda, un poeta valenciano del Siglo de Oro español, hablaba de un trapacero (alguien que con astucias, falsedades y mentiras procura engañar a otro en cualquier asunto) al que preguntaron: “¿No hay ninguna mentira que podamos decir hoy por Valencia?”. Y el trapacero o trapacista, que tanto monta, respondió: “Sí, señor; decid que sois hombre de bien”. Pues eso.

Mi verbo de hoy, algo dislocado por la navidad consumista y laica, intenta barrenar las ideas para que, como en el pensadero de Dumbledore, afloren los recuerdos en una feria en la que se vende de todo. ¡Feliz año novato, amigos sufridores!

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