1297.- Fusilar la luna
Si Ángela Dorotea Kasner, la Merkel, defrauda las expectativas y con su apretada victoria no puede gobernar Alemania. Si ZP quiere atribuir funciones representativas en los contactos con la banda terrorista a un dirigente socialista vasco con un alto perfil institucional. Si el mosquito tigre llegó hace un año a Cataluña y amenaza con extenderse a toda España. Si el Real Madrid no levanta cabeza a pesar de. Si el Barça no puede con el Atlético a pesar de. Si ocho de las once familias de las víctimas del incendio que en julio asoló Guadalajara han rehusado reunirse con el presidente del Gobierno español…
Algunas noches quisiera fusilar la Luna. Dos tiros a media distancia y luego el tiro a bocajarro en la nuca, ¡pum!, eso que llaman rematar al moribundo: ¡Luna, maldita, deja de sufrir!
Desde su pedestal del cielo, la luna no es la quimera de los poetas y de los enamorados. Es la espía que no cesa y nada organiza. No le afecta Katrina; pasa de ciclones y huracanes. Con esa cara de sonrisa embobada que mira hacia otro lado, ni la inquietan los fuegos provocados ni se duele por las minas quiebra patas. Sonríe igual que ZP. Es la intemerata, el aquí estoy yo y os jodéis (‘Intemerata’, ay, es también un hermoso poema de no sé quién, bueno, sí lo sé pero me callo: “La razón no sabe lo que hace. En algún momento salió de su casa de palabras. La razón a todos traicionó. La razón se ha vuelto intemerata, corrupta como vieja deshonrada y recelosa. Se atreve a todo…).
¡Hay que fusilarla! ¡Hacerla una opa hostil! Es una perra faldera, sin brazos como la Venus de Milo; topo rancio en vez de mujer acariciadora. Está más guapa sin brazos, como la de Milo, aquella que, cuando sucedió lo que sucedió y se hizo famosa, llevaba en sus manos una manzana. Después de fusilarla, hay que colocarla en el Louvre, como a la Afrodita de Melos, y que nos deje en paz. Fusilar la luna es rehacer el mundo y hacerlo a nuestro antojo. Es dejar el corredor de la muerte. Es reunir a los casi doscientos presidentes del mundo mundial, removerlos de su poltrona, segundo martes de septiembre en Nueva York, y acabar con la pobreza y el hambre (todos humanos/todos hermanos) en vez de los paños calientes del Pacto de Civilizaciones, esa idiotez; creen que esto es el Taj Mahal y es un nido de montoneros.
La luna nos mira y sabe que gracias a ZP España es un país moderno. Sabe que anteayer mismo Cataluña logró el registro como “nación cultural” en internet con el visto bueno del Gobierno de Rodríguez y que ahora pide el ‘.ct’ que reconocerá a Cataluña “como un país normal” igual que España -el Gobierno balear ha dicho que no piensa utilizar el dominio ‘.cat’ en sus páginas oficiales en la red porque “el archipiélago forma parte de España y no de Cataluña”, pero las mil naciones que a estas alturas conforman España acabarán solicitando su intemerata-. Sabe que el 30 de junio del 2007 (festividad del rey San Fernando) Madrid se convertirá en la sede del movimiento gay de toda Europa y que en sus calles se celebrará el EuroPride, la fiesta que reúne a la comunidad homosexual del Viejo Continente. Sabe que allí estará Carmen Calvo si para entonces sigue de mini ministra de mini España.
Sabe que el hambre es una guerrilla a tirofijo, una mina quiebra patas, pero en vez de suministrar comida al hambriento y trabajo al parado sonríe desde el pedestal. Antes de iniciar su fusilamiento, mandaremos un confesor al corredor de su muerte. Que hable Selene y que se muera en paz. Como es una vieja gruñona que no sabe gruñir (una ‘good for nothing’, como dicen los ingleses para explicar lo que es bueno para nada) dirá que fusilen también a la vieja Tierra…
La luna sabe lo que sabe pero sonríe igual que ZP. Sólo Ibarreche, Maragall y Carod Robira entienden a la luna. ¡Que bailen con ella un reggaeton!