1905.- El acueducto del solsticio12/12/2016
Al finalizar el Puente de la Constitución y la Inmaculada, la alcaldesa de Madrid y Rita la Asaltacapillas, su concejala y portavoz en el ayuntamiento de la capital del Reino, presentarán los detalles del programa de su plan laico de luz y fuegos artificiales: el FASI; “Festejos del Acueducto del Solsticio de Invierno”.
En ese FASI renovador de arcaicas bagatelas, aparecen entre otras el "Vuelve a casa vuelve por el solsticio" de los de Turrón El Almendro de la antigua fábrica de Xixona, hoy en Sonseca provincia de Toledo, y “Las muñecas se dirigen al portal del solsticio”, de la empresa valenciana Famosa de juguetería ubicada en Onil.
En la desequilibrada explanada española, el acueducto del solsticio de invierno acarrea un adiós, un adéu, un agur y un adeus de obligado cumplimiento a la vieja navidad. En la apasionada altiplanicie del Cristianismo, un goodby Nazaret, Belén, María la sin pecado original y preñez divina, José el carpintero, los pastores adoradores, los Reyes Magos de Oriente, los ángeles del Gloria in excelsis Deo y hasta Herodes y todos los malditos. Un goodby también a la estrella tipo cometa Halley que guiaba a los unos y a los otros. Un tzai yín, alvida, sampe jumpa, ot-zíns, adeús, atelogo, dovidenia, güle güle, sayonára, tzai yén —goodby en diez idiomas; en el Wiquipedia dicen el dónde y el porqué de esos “chao y hasta la vista” de nuestros pueblos.
La Navidad ha dejado de ser “esotérica” —para los de dentro que somos pocos y cada vez menos— y se ha vuelto “exotérica” —para los de fuera que somos muchos y cada día más—. A los de fuera nos llaman carnavaleros o carnavalescos, a los de dentro, reaccionarios catequizados por el dios de la lluvia y el diluvio universal.
Lo de Merry Christmas es un tópico y el fantasma de Papá Noél fue inventado hace poco más de un siglo y su imagen actual se debe a la Coca-Cola. Por su parte, aunque solo el evangelista Mateo hable de ello, el fantasma de los Reyes Magos tiene cerca de 2.000 años. Al parecer, tardaron trece años en regresar a sus reinos porque la estrella milagrera y milagrosa desapareció cuando ellos acabaron de adorar y dejar sus obsequios al Niño Dios y los tres se perdieron.
Unos años después, la estrella de los milagros regresó alicaída y los tres murieron a la vez, fueron enterrados juntos y mientras la milagrera brille sobre el cielo sus cuerpos permanecerán incorruptos y sus fantasmas, aprovechando el final del Acueducto del Solsticio de Invierno, seguirán transportando medio a escondidas la golosina de la esperanza y el obsequio de las ganas de vivir.
Muchos años después de aquellas veleidades, Anatole France, el premio Nobel de Literatura del año 1921, predicó en tierra de nadie su novela La Isla de los Pingüinos donde San Mael con la ayuda del diablo construyó una barca de piedra, llegó a una isla donde estaban reunidos los pingüinos y les bautizó solemnemente haciéndoles cristianos y por tanto inmortales.
Atando cabos digo que en el sucedáneo Acueducto del Solsticio de Invierno todo tiene su copyright —incluidos Cristiano Ronaldo, Lionel Messi, Zlatan Ibrahimovic, Gareth Bale y otras estrellas rutilantes del balompié—. Y que cuando el francés Anatole France escribió Los dioses tienen sed, otra de sus grandes novelas, no lo hizo para condenar la Revolución Francesa sino para examinar el misterio de quienes se regocijan viendo cortar cabezas —incluida la testuz de la difunta Navidad que en paz descanse.